Si de algo nos hemos dado cuenta en lo que va de la pandemia es que no somos personas, empresas, organizaciones, gobiernos ni sociedades tan resilientes como creíamos.
La integridad y el bien ser es una herramienta clave para la construcción de resiliencia y de sociedades e instituciones fuertes y capaces de enfrentar cualquier desafío, pues es a través de fortalecer nuestras relaciones y mecanismos de cooperación que nos hacemos más resilientes.
En el Pacto por la Integridad y por el Bien Ser de Jalisco buscamos fortalecer las relaciones entre actores sociales para que éstas sean sólidas y fructíferas, que impregnen a la sociedad de corresponsabilidad y solidaridad. En este sentido, y ahora más que nunca, debemos pensar en cómo podemos ser resilientes a través de la integridad y el bien ser en nuestro comportamiento y en el de las empresas, organizaciones, e instituciones que conforman nuestra sociedad.
Presentamos algunas sugerencias de actitudes y comportamientos que podemos poner en práctica y así, sentar las bases para una sociedad resiliente.
Sugerencias para construir comunidad en tiempos de COVID-19:
Conmigo y mi comunidad
- Revaloremos lo que es importante como inicio de un cambio de hábitos y comportamientos.
- Ayudemos a los más vulnerables. Mientras buscamos cuidar a los nuestros, no nos olvidemos de los más desprotegidos: aquellos que no son sujetos de derechos ni de protección social. Es el momento para mostrar solidaridad y corresponsabilidad.
- Evitar que el miedo o la ignorancia provoquen violencia, discriminación y culpabilidad. Hay que tomar acción para rechazar la intolerancia, prevenir y enmendar el daño.
- No acumulemos recursos que son necesarios para todos ni lucremos con ellos. Este momento no es una oportunidad de negocio, sino una oportunidad para fortalecer la solidaridad, asumir nuestra interdependencia y poner en práctica la caridad y la empatía.
- En un momento de hiper tecnologización, privilegiemos nuestra humanidad y hagamos todo lo que podamos, tomando las precauciones necesarias, por mejorar la situación del otro y mejorar nuestros sistemas social y de salud.
- Somos tan fuertes como nuestro eslabón más débil. Busquemos formas de fortalecernos.
En el espacio cívico
- Insistir en el derecho a saber. La disponibilidad de información lleva al empoderamiento ciudadano y una mayor inteligencia colectiva para la toma de decisiones con resultados benéficos para todos.
- Poner de lado nuestras diferencias y trabajar en conjunto. Debemos evitar caer en divisiones ideológicas y políticas. Debemos abonar a la unidad nacional y a la coordinación intergubernamental y ciudadana para asegurar resultados óptimos para todos.
- En un contexto donde la restricción de nuestros derechos fundamentales es necesaria para contener la velocidad de contagio, no olvidemos poner límites donde son pertinentes y reclamar nuestras libertades cuando el estado de emergencia sanitaria termine. Cuidemos las acciones de las autoridades y no permitamos abusos de poder.
- Ejerzamos nuestros derechos cívicos con responsabilidad. Seamos bien intencionados con lo que decimos y publicamos para no generar desinformación que puede ser potencialmente dañina, tanto en el corto como en el largo plazo.
- No alimentar las divisiones sociales y el odio. Tengamos consideración y respeto, y busquemos la unidad y la empatía.
En momentos de incertidumbre, los riesgos de incurrir en actitudes y comportamientos negativos aumentan. Es por esto que es el momento para cultivar buenas prácticas y hábitos, cuando debemos pensar en el bienestar colectivo por encima del bienestar personal.
Luchemos porque las conquistas que hemos logrado en términos de solidaridad, compasión y cooperación durante esta situación trasciendan y se conviertan en la nueva normalidad.
¿Qué más podemos poner en práctica para salir de esto fortalecidos?
Como actuemos hoy seremos recordados mañana